Cuando son las 4 no son las 5 records presenta,
Of Montreal – Lousy with Sylvianbriar.
Una reseña por Homo Rodans.
Pregúntele a sus amigos. Todos tienen un videojuego que recuerdan por su música: Ninja Gaiden, Megaman, Super Mario, Alien Storm. En mi caso ése juego se llama Adventure Island y por algún motivo cada vez que escucho un álbum de la banda de Atenas, Georgia, Of Montreal, siempre me remonta a esos acordes joviales/tropicales del mencionado juego de arcadia.
Y no lo digo de una forma despectiva o sarcástica, bueno tal vez un poco de la segunda. Lo digo más bien porque en verdad la música de Kevin Barnes y compañía me causa esa sensación de felicidad completa pero rodeada de peligros. De saber que en un mundo multicolor hay caracoles gigantes que tienes que destruir con rudimentarias herramientas. De totems, cobras y regalos que aparecen dentro de huevos gigantes cuando menos lo esperas.
En su más reciente álbum Lousy with Sylvyanbar, los ‘de Monterrey‘ (por su traducción literal al Español y para hacer aún más confuso su origen), siguen causándome esa sensación de 8-bits, pero no exactamente igual. Los coros de mil voces combinadas psicodélicamente en una, siguen ahí, pero el sonido de la banda es más orgánico, la grabación suena como si estuvieran tocando en tu sala mientras te reunes con amigos a beber cocteles relajantes y charcutería fina. Las letras siguen siendo creativas y kilométricas, como si fuera un diálogo de las Gilmore Girls pero hablando de problemas psicológico existenciales y no de zapatos. Más guitarras y menos sintetizadores. Tambores que suenan más como al golpe seco de un pedazo de piel curtida y no a un robot eructando.
En su más reciente visita a la Ciudad de México durante el festival Vive Latino, decidieron tocar sólo una de las 11 canciones que conforman este nuevo álbum. La afortunada fue ‘Triumph of Disintegration’, la cuál honestamente no sé si es el sencillo oficial o no, pero como en anteriores producciones de la banda, prácticamente todas las canciones podrían ser potenciales sencillos. Cabe mencionar que fueron una de las pocas bandas que en verdad supo aprovechar sus 35 minutos para dar un show que de principio a fin fue impecable y entretenido.
Dele una oportunidad a este álbum si nunca ha escuchado a Of Montreal, o bien disfrute sin empacho sus nuevas melodías si ya es cliente frecuente. Kevin Barnes tiene esa genialidad para crear canciones complejas con cambios de estructura y acordes que mantienen al cerebro divertido. Como niño en juguetería.
Palabras: Homo Rodans