Sinopsis: Es la noche favorita de muchos y una hecatombe consume al universo. La Doctora y su compañera Yaz están tras la pista de un aparente malechor y un encuentro fortuito con un liverpuliano simpático se entrelazan con una figura malévola del pasado de la Doctora. Villanos del pasado, presente y futuro confluyen en esta última temporada de Jodie Whittaker.

Empecemos por lo obvio: Chris Chibnall es un escritor muy irregular. Tiene buenas ideas, conoce lo suficiente el canon de la serie por su pasado como fan -o fan from hell-, y tiene un entendimiento correcto de lo que funciona en un capítulo de Doctor Who. Su gran problema es que cuando le pasan el balón, se queda pensando demasiado tiempo cómo patearlo.
Chibnall escribió uno de mis capítulos preferidos de David Tennant (42), pero también escribió uno de los más decepcionantes de Matt Smith (The Power of Three). Flux es el título general que se le dará a estos seis capítulos y creo que el obstáculo principal a librar por parte de Chibnall es lograr que sus múltiples ideas entrelacen de forma correcta. En 42, se logró muy bien. En The Power of Three, el problema fue el desenlace, a pesar de que fue un episodio con suficientes interrogantes para mantenerte al filo del asiento. Esa fortaleza de Chibnall es buena, pero el exceso de interrogantes en su guión se convierten en un lastre.
¿Por qué traigo a colación esos dos capítulos? Porque The Halloween Apocalypse es un subibaja entre los extremos de Chris Chibnall. Hay suficientes misterios planteados a lo largo del capítulo para mantener la atención del televidente. En especial la comunicación telepática entre Swarm y la Doctora, enfatizando una rivalidad en el pasado y otra raya más en el tigre llamado The Timeless Child.

Otra gran secuencia es el encuentro con una mujer llamada Claire (Annabel Scholey – perfecta en su papel), que alude a paradoja ontológica en esta temporada. Tal vez la presencia de los Weeping Angels, perfectos para un especial de halloween, jueguen parte en ella. La presencia de los Sontarans -una parodia del jingoismo militar- también debe complacer a los fans, a pesar de que el diálogo que se les da no es el mejor. Aún así, su prevalencencia como antagonistas del segundo capítulo es apreciada.
Ahora hablemos de los problemas graves en The Halloween Apocalypse. Enumerando:
- El humor no siempre funciona y tal vez sea un poco seguir el ejemplo de los chistecitos a los que nos acostumbró el UCM. Funciona con algunos personajes, con otros no tanto. El diálogo de los Sontarans cae un poco en el chiste forzado, pero se compensa con otros diálogos, en especial por parte de Dan (John Bishop), quien añade su gran carisma al nuevo acompañante.
- Las decisiones estúpidas. No me cuadra que una agente experimentada que le dice a su compañera “no hables con el prisionero, no le sigas el juego“…hable con un prisionero y le siga el juego en la misma escena, con horrendas consecuencias. Tampoco entiendo la lógica de esperar en una calle obscura, afuera de una casa bastante tenebrosa, a tu compañero de juerga. Perdón, pero pierdo la simpatía por personajes que activamente cometen barrabasadas.
- El ritmo que tanto aprecio a veces implica sacrificar el desarrollo de personajes. No siento nada si desintegras a una pareja si la única interacción que muestras es recordar dónde guardaron los chiles. Sí, cualquier primer capítulo debe dejarte con interrogantes, pero debes invertir tiempo al crear tu misterio, no aventarlo contra la pared y ver si es chicle y pega. No hay que seguir el ejemplo de J. J. Abrahms, por favor.
Dicho eso, entiendo que es un primer capítulo de seis (o doce, si nos vamos por la duración de la serie clásica). No todas las ideas van a aterrizar bien, y creo que las fallas mecánicas y espaciales de la TARDIS (esas puertas por todas partes, ¿qué onda?) apuntan a algo interesante. A pesar de mis preocupaciones -fundamentadas si recordamos Cyberwoman– sobre Chibnall, siento que el hecho de que sean pocos capítulos le puso suficiente presión para esmerarse en sus guiones. Es reconfortante la presencia de la genial Maxine Alderton como coescritora en el cuarto episodio de la saga Flux.
Jodie Whittaker está en su última temporada y su mayor reto sigue siendo la etapa en que se encuentra el personaje. Muy a la Peter Davison, tuvo una cuesta arriba para poder ser aceptada por algunos forofos y hay capítulos no le han ayudado para nada (Orphan 55, Spiders in the UK). El exceso de acompañantes en las temporadas 11 y 12 le restaron mucho tiempo al desarrollo de los personajes, incluido el rol de La Doctora, y la saga de The Timeless Children dejó a una fanaticada muy dividida, hasta el punto que siento que se radicalizaron ambas bancadas y están sacando lo peor de sí mismas.
Como un primer capítulo, The Halloween Apocalypse deja muchos hilos sueltos. Esperemos que este telar multicolor que es la muy corta temporada 13 salga impecable. Lo mínimo que merece Jodie Whittaker por su esfuerzo es una buena conclusión a su saga.
-Sam J. Valdés López