“Las cosas más triviales, parecen fundamentales”
Enrique Bunbury, “Opio”, Avalancha, Héroes del Silencio
1998, en una conocida Universidad Mexicana…
-Te tengo un problema metafísico, Joel -dijo Irving -¿Qué es más denso, el aire o un pedo?
-No mames -dijo Joel entre risas -No sé… el aire.
-¿Seguro? ¿Tú qué crees Carlo?
-El aire ¿no? -dijo Carlo.
-¿Por qué? -dijo Irving.
-Pues porque el pedo sube, si fuera más denso que el aire, bajaría y entonces nadie se daría cuenta que alguien se lo tiró.
-No -intervino Joel -pero si el pedo sale caliente y eso lo hace menos denso. Es decir, cuál es más denso a temperatura ambiente. ¿Tú cual dices?.
-El pedo -dijo Irving.
-¿Por qué? -preguntaron los otros dos.
-Porque el aire tiene cierta temperatura ligeramente mayor que la del medio ambiente, estoy de acuerdo, pero el pedo es un aire enriquecido. Por lo tanto tiene algo más en suspensión y entonces es más denso que el aire.
-Pero el pedo no es aire, -dijo Joel -es metano.
-No, güey -dijo Irving -es aire enriquecido con metano.
-¡No mamen! -se rió Carlo -podríamos crear toda una ciencia que estudie al pedo.
-La flatulología[1] -dijo Irving.
Los tres se echaron a reír. Estaban sentados en las escaleras junto a un pasillo y mucha gente pasaba a esa hora del día. Muchos ponían cara de extrañeza cuando los veían ahí sentados muertos de la risa, pero eso los tenía completamente sin cuidado.
-Y podemos crear el Centro Internacional de Estudios Sobre la Transformación del Pedo -dijo Joel.
-¿Y la caca? -dijo Carlo.
-¿Qué pedo con la caca? -dijo Irving.
-También amerita estudios muy serios.
-No, a mí la caca me vale madres.
-¡Cómo crees! Es muy importante, lo que pasa es que tú eres de los que cagan y se olvidan de la caca.
-¿A poco tú si te preocupas por ella? -dijo Joel.
-A huevo.
-¡Pues qué pendejo¡ -dijo Irving.
-Vuélveme a decir así, güey. No se me vaya a salir el pasado inquisidor de mi familia contigo. Además tú comenzaste con las pendejadas.
-¿Y qué será más denso entonces? -dijo Joel.
-Habrá que pesar un pedo para comparar -dijo Irving.
-¿Cómo? -dijo Carlo.
-Pues te subimos a una báscula antes y después de que te lo eches, y le restamos -dijo Joel.
Tardaron como tres minutos en dejar de reírse. Y entonces Carlo lanzó un sonoro eructo que hizo voltear a los que pasaban por ahí.
-Ya me voy güeyes -dijo Carlo.
-¿Por qué tan pronto? -preguntó Joel.
-Es que hoy no tengo coche.
Se despidió de ambos y se fue. Joel tenía un cuaderno en la mano y Irving no había dejado de hacer garabatos en todo ese tiempo. Pasó una amiga de un cabús muy agradable a la vista y los saludó antes de irse por el pasillo.
-¿Qué no eran los jueves cuando no tenía coche ese güey? -preguntó Joel.
-Sí, pero lleva dos semanas que diario se va en camión como a esta hora -contestó Irving.
-Quién sabe qué se traiga.
-¿Tú qué crees que sea?
-Para mí que se anda cogiendo a alguien, pero no quiere decirnos.
-¿Y por qué no habría de decirnos?
-Así ha de estar.
-Una de dos: o está tan pinche que le da pena, o está tan buena que no quiere que le demos baje.
Pasó un rato en silencio. Después llegó Fernando con una foto recién impresa.
-Ay, Winona… -dijo Joel mordiéndose los labios.
-Sí -dijo Fernando -Lástima de nombre.
-El nombre es lo de menos, por mí puede llamarse Verga y me la sigo cogiendo.
-Güey -dijo Irving -Te quiero ver cogiéndote a una vieja que se llame Verga…
[1] No se relaciona con la Vitalogía de Pearl Jam.
Palabras: Guillermo Vellenaweth & Paco Godefroy
Imagen: Sam J. Valdés López