Mi nombre es Fermín Ximeno Benjamín y soy fotógrafo de peleas de gallos. Nací un 25 de Julio del año 1975, pero a eso, ¿a quién le importa? Ni siquiera a mi me importa, yo sólo vivo para mi cámara y mis gallos.
Ese colorado que acaban de matar era “el negro”, un bello animal con conflictos de croma y gama, inmortalizado con mis fotografías en color sepia. Llegué a Aguascalientes una tarde lluviosa, cuando tenía 5 años. No recuerdo exactamente donde nací, sólo se que me mi madre me dijo un día “Fermin Ximeno Benjamín, te me portas bien y te me buscas un trabajo, yo no parí holgazanes”.
No encontré trabajo, pero si encontré una cámara, que eventualmente se convirtió en un trabajo. Así suelen ser muchas veces las cosas en la vida, no queriendo encontrarlas las encuentras y cuando quieres que te encuentren no lo hacen. Mi primer foto fue un disparo sin rollo, se quedó grabada ahí en mi mente y se revela todos los días que recuerdo a aquel catrín que me dijo “¿niño tonto, que no sabes que para tomar las fotos hay que ponerle película a la cámara?”.
Desde luego que no lo sabía, no por nada era un niño tonto. El mismo catrín me compró mi primer filme y mi segunda foto la tomé a un gallo muerto en el palenque. Su cabeza despedazada con el pico en tierra, como corresponde a un gallo de peleas muerto.
Se acercó uno de los galleros y me dijo serio: “muchacho, quiero esa foto cuando la reveles, te la voy a pagar bien porque representa el costo de mis desgracias”. Yo le dije: “aún me faltan 23 fotos para acabarme el rollo”. Él me dijo: “gástatelas todas en él”. Yo le dije: “como usted guste”. Él cumplió su palabra y después se fue a colgar en la colina más cercana.
Dicen que se había casado con el gallo en un lugar prohibido donde todo estaba permitido. En otra ocasión llegó el presidente de la república, y le apostó millones a un gallo de los de los Robledo, perdió todo, pero no el estilo, ese estilo que sólo se forja con los años de burocracia. Uno de sus guardaespaldas me dijo: “el señor presidente quiere que le tomes una foto a los gallos que siguen peleando, luego que le tomes una alzando al gallo ganador y luego que te tomes una con él”.
Y así lo hice, tomé la foto que hasta hoy en día es recordada como la foto más dinámica, más aguerrida, más brava que pueda existir de dos gallos peleando, luego le tomé al presidente su foto con el gallo ganador, y luego me tomé yo una con él…..con el gallo. No he tenido grandes amores, salvo aquella vez que una cantante muy famosa llegó al palenque y me vió ahí recargado contra la pared esperando que salieran los galleros.
Ella me preguntó: “¿sabes quién soy?” Yo le dije sí, la que canta en la capital con cinco cambios de ropa y voz de trueno acaramelado. “Sí, esa misma soy” me respondió. “Quiero que me tomes unas fotos esta noche”. Yo sólo tomo fotos a mis gallos respondí. Mi nombre es Fermín Ximeno Benjamín y soy fotógrafo de peleas de gallos.
Letra: HOMO RODANS
Foto: Sam


